Thundera.
Por Leandro Paolini Somers
Thundera es el planeta natal de
los Thunderianos, cuyos ciudadanos más notables son los Thundercats. La
historia de los Felinos Cósmicos cuenta que después de un cataclismo en
Thundera, se tuvieron que exiliar en el Tercer Planeta. A mí me pasa un poco al
revés. Es como que me mudé de una metropolis consolidada a Thundera, un sitio
con demasiados vínculos felinos, que casualmente y por ahora, se hace llamar Necochea.
Para empezar acá está la leyenda de la Caverna del Tigre del Quequén: “en pulperías debía
responder a las bravuconadas de simples pleiteros en busca de gloria. Fue
tildado de ladino, pendenciero y malentretenido. Perseguido durante años,
estableció su refugio en una cueva de las barrancas del río Quequén. La enigmática ‘Cueva del Tigre’, es una zona
de belleza natural que posee acantilados únicos con un suelo rocoso que se
adentra en el mar. Su nombre proviene de la leyenda del legendario gaucho Felipe
Pascual Pacheco, alias ‘El Tigre del Quequén’, maleante y aspirante a Robin
Hood necochense que supo refugiarse a fines del siglo XIX en esa caverna a
orillas del río Quequén Salado”.
Encima el otro día vieron un puma a tres
cuadras de mi casa, en el Parque Miguel Lillo: “el barrio de la Villa del Deportista está
convulsionado frente al avisaje de un supuesto puma en sus
inmediaciones. Las autoridades municipales quedaron sobre aviso y podrían
desplegar un operativo de búsqueda armados con dardos tranquilizantes de ser
necesario. Aparentemente, el animal sería uno de dos de estos especímenes que
estaban en cautiverio y salieron de sus corrales.
El Parque Miguel Lillo
es una reserva forestal de 640 hectáreas paralelas a la costa, y por sus
características es único en el país. En el mismo existe un circuito aeróbico,
gran variedad de fogones al aire libre, proveeduría, cancha de bochas, alquiler
de caballos y bicicletas. En este pulmón verde se desarrollan más de 1 millón
de árboles, de los cuales la mayor parte son coníferas, con más de 100 años de
historia donde se pueden encontrar importantes ejemplares de eucaliptos y pinos”.
¿Será ese el secreto esquivo de
acá? ¿Estará plagada Necochea de hombres gato? ¿Buenazos de día y pumas, tigres
y gatos de noche? Como esa leyenda urbana de cuando éramos chicos, de la secta
de hombres gato de Brasil, que si mataban a uno otros diez tomaban su lugar: “se decía que tenía aspecto humano, pero vestía como un hombre gato, que
atacaba, robaba y hería a quienes lo viesen, que padecía ciertos rasgos
deformes, y sus actitudes y sonidos eran muy similares a las de un gato en pos
de ataque; su muerte no podía ser festejada ya que por cada uno que mataba la
policía en la costa, diez hombres gatos más eran enviados desde la secta
brasilera que los engendraba”.
A mi me la contaron en un verano de mi niñez…y
quizás debería tener los ojos más abiertos en mi adultez. Quizás los ojos de
los de acá son medios amarillos, como los de los gatos. Y en las ceremonias
religiosas, de todas las tardes frente a la plaza, en vez de rezarle a un Dios
omnipotente le rezan a uno más parecido a Bastet. La diosa gata Bastet esa que se presenta como una mujer con cabeza de gata, y simboliza la energía positiva del sol,
la armonía y la felicidad. Quizás por eso le rezan acá, para que haya más sol y
menos frío. Cada día me cierra más que estoy rodeado de gatos. La diosa egipcia
Bastet también era la guardiana de las mujeres embarazadas y de los partos, ya
que tenía el poder de alejar los malos espíritus. Y acá hay que rezarle
mucho a esta diosa, no para que haya buenos partos, sino para que no huyan más
las parejas masculinas. Necochea es la capital nacional de la madre
soltera…Para mí que más de una le empieza a rezar a Bastet pero le termina rezando
a Sekhmet,
otra diosa egipcia con cuerpo de mujer y cabeza de leona que encarnaba
la venganza y la sanación.
La gente de acá me genera
sospechas. Acá pasan cosas con felinos y yo que soy medio dormido todavía no me
doy cuenta del todo. Acá hay gato encerrado. Me parece que me mudé a Thundera.
CONTINUARÁ