Desde Nicaragua hasta Panamá:
El tercer acto de la odisea Centroamericana (2005)
El tercer acto de la odisea Centroamericana (2005)

Como siempre me digo en momentos difíciles, lo hacemos porque muchos
no pueden y lo experimentamos para contar historias, a quienes no pueden viajar
a otras tierras. Ser un desafiador de lo desconocido tiene sus ventajas y
desventajas.
Después de haber descansado muchos
días en la Isla Roatán de Honduras (Leer Latinauta de Agosto), decidí seguir
descendiendo por el continente con destino final a Panamá. Ya estaba bastante
cansado de viajar, y el dinero que tenía conmigo era escaso; sin embargo debía
continuar con la misión, y el próximo y difícil paso que había dado se llamaba
Nicaragua.
Nicaragua limita con Honduras, al norte, y con Costa Rica, al sur. Posee costas en el Océano Pacífico y el mar Caribe. El pueblo nicaragüense es de naturaleza multiétnica y principalmente de habla castellana, idioma que también es la lengua oficial del país. Según
el IDH, Nicaragua se encuentra entre los
países más empobrecidos de América.
Una guerra civil y varias malas decisiones políticas lo posicionan como uno
de los países menos desarrollados de toda Latinoamérica. Durante el gobierno
del Fente Sandinista de Liberación Nacional, el país sufrió un largo conflicto civil que terminó en
1990, al mismo tiempo que el gobierno sandinista perdió el poder en elecciones
populares.
En el 2009 el sector turístico en Nicaragua creció un 9,8 % en relación a
años anteriores, y en 2010 el turismo creció un 9 % llegando así a la cifra
récord de 1 millón de turistas. Recientemente, Nicaragua ha visto un crecimiento
turístico positivo, y crecería aún más para el año 2015; gracias a que el
gobierno actual estaría impulsando el rubro de una manera ordenada y a gran
escala. Quienes visitan esta tierra lo hacen por negocios, atraídos por el
turismo centroamericano o por parientes que visitan a sus familias. Las
regiones más visitadas son las ciudades de Chichigalpa, León, Masaya, Rivas, las playas de San Juan del Sur, la isla de Ometepe, el volcán Mombacho y las Islas del Maíz (Corn Island y Little Corn Island). Las principales
atracciones turísticas son las playas, la práctica del surf, las rutas
escénicas, la arquitectura de ciudades tales como Granada, León, y más recientemente
el eco y agro turismo en la zona norte donde se encuentra La Ruta del Café,
entre Matagalpa y Jinotega.
Managua, desde mi experiencia
Latinoamericana, es la capital más pobre y más insegura de la masa continental
(claramente – por estar en una isla - no tengo en cuenta a Puerto Príncipe, la
más complicada de todas). La capital de Nicaragua es poco atractiva y exuda una
cierta peligrosidad a la que hay que tomar en cuenta, en serio. Por esta, y
otras razones, fue poco el tiempo que permanecí en dicha ciudad, y agradezco
haber mochileado ese trayecto con la pareja de amigos ingleses, con quienes me
cubrí las espaldas cada vez que salíamos del hotel para ver un poco la ciudad o
para buscar comida. Managua es una ciudad que te hace agradecer el haber nacido
en otras ciudades latinoamericanas más favorecidas.
Managua cuenta con unos 2.132.500 habitantes, aproximadamente, en su área metropolitana y es una de las capitales más cálidas de Centroamérica. Su temperatura promedio oscila en el día entre 35 grados y por la noche 24 grados. La ciudad tiene centros de entretenimiento ubicados a lo largo de la Avenida Central Rubén Darío. En el Nuevo Centro de Managua los centros de entretenimiento están integrados en diferentes zonas. La zona viva es la más reciente de todas y se encuentra ubicada en la parte trasera del Centro Comercial Galerías Santo Domingo. Está compuesta por una gran cantidad de Restaurantes y Bares. Los puntos de interés en esta capital son: El Teatro Nacional Rubén Darío, el Parque Histórico Loma de Tiscapa, las reservas naturales, las catedrales, el Puerto Salvador Allende y las Huellas de Agualinca, que fueron hechas hace más de 6000 años. La gastronomía de Managua es pobre pero hay que jugársela y probar platos típicos nicaragüenses como el Gallo Pinto, el Vigorón (mezcla de yuca, chicharrón de cerdo y ensalada), el Baho, (elaborado con plátano, carne y yuca), y la Sopa de Mondongo, entre otros.
En Managua nos hospedamos en el
Hotel Tica Bus, un hotel de la compañía de micros que nos había llevado a esa
capital (y con la cual me trasladé por todo Centroamérica), y como tenía pinta
de bunker y los choferes se hospedaban ahí, lo tomamos como nuestra base de
operaciones en tierra nicaragüense.
Me quedaban solamente 100 dólares en
efectivo, y las tarjetas de crédito que no quería usar, y como dicha capital no
tenía mucho para ofrecer, decidí separarme de mis compañeros mochileros
británicos y seguir camino hacia San José de Costa Rica. Los ingleses querían
rastrear alguna playa perdida ideal para surfear en Nicaragua, pero como yo
estaba agotado, bajo de fondos y desilusionado con el país, emprendí la
retirada. No tenía mucho resto de capital o anímico. Sentía que era hora de
volver o estar en un lugar seguro y no seguir jugándomela, como en El Salvador.
Hay zonas de Managua que son interesantes para considerar a la hora de filmar locaciones
post apocalípticas en algún filme. Mi estadía en ese país, fue casi
depilatorio: me desplegué lo más que pude y salí de un tirón. No tengo nada a
criticarle a quienes habitan dicho suelo, pero lamentablemente como turista, e
incluso como mochilero, tiene muy poco para ofrecer…
El 16 de febrero a las 4 a .m me desperté y me fui,
junto a varios choferes de los micros, hacia la terminal de ómnibus. El micro,
que salió a las 5 a .m,
estaba repleto de inmigrantes temporarios nicaragüenses queriendo entrar en
suelo Tico. Prueba de esto fueron los altos controles inmigratorios a los que
los sometieron en la frontera. En Costa Rica no quieren a los nicaragüenses.
Mientras que yo era un extranjero con algunos dólares, sólo pagué 1 dólar para
entrar al país. Mis compañeros de micro nicaragüenses tenían que pagar 20
dólares. Mis trámites tardaron 10 minutos y los de los nicaragüenses el doble. Es
justo aclarar que revisaron exhaustivamente el equipaje de todos. Este control
de frontera fue el más metódico de todos los que tuve en Centro América. Los
otros controles fronterizos de la región estaban prácticamente desiertos y
hacían su trabajo con poco compromiso. Evidentemente, los Ticos tienen mayores
problemas con los Nicas y ajustan un poco más las tuercas. Finalmente, la mitad
de los pasajeros siguió camino rumbo a San José y quienes fueron rechazados en
la frontera, regresaron en un micro de la misma compañía que iba rumbo a
Managua. Luego de un corto viaje, llegamos a San José y el área donde bajé del
micro, no tiene nada que envidiarle al barrio porteño de Once. Aunque esa zona
costarricense no era la más segura, era bastante menos intimidante que
Guatemala City o Managua. He estado varias noches por Once y he vivido para
contarlo.
Debo admitir que si bien yo tenía
una relación sentimental con alguien, en ese momento de la historia, mi radar
detector de mujeres – después de México - se activó recién en Costa Rica. Por
alguna razón las chicas de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, no
fueron de mi agrado. Sobre gustos…
Después de haber caminado cinco
horas sin parar, por todo San José, decidí que iba a volver a Costa Rica en
otra oportunidad, con bastante dinero, y que lo más lógico de ese momento era
seguir camino rumbo a Panamá donde debía tomar mi avión de regreso a Buenos
Aires, el día 20 de febrero. Costa Rica, y San José, merecen una visita con
tiempo y con fondos.
San José está ubicada en el centro del país,
específicamente sobre la meseta inter volcánica llamada Valle Central. San José es el centro
político, económico y social más importante de Costa Rica, así como el nudo
principal para el transporte y las telecomunicaciones. Culturalmente la ciudad
tiene la influencia europea que le confirió la inmigración española y la
influencia que los criollos importaron de Francia y Bélgica, donde generalmente estudiaba la clase privilegiada del país en el siglo XIX, y
a principios del siglo XX. Esto se puede ver en la distribución de la ciudad
que creció alrededor de la actual catedral, y más tarde en la arquitectura de
los teatros, museos y casas de los habitantes del centro de la ciudad. La capital
recibe su nombre en honor a José de Nazaret.
San José sigue siendo una de las ciudades más
seguras y menos violentas de toda la región latinoamericana. En el año 2006 fue designada Capital Iberoamericana de la Cultura, y cuenta con varios teatros
y auditorios entre los que se destacan: el Teatro Nacional de Costa Rica y el Teatro Popular Melico Salazar. Entre las
zonas de esparcimiento inciden la gran cantidad de parques con los que cuenta
la ciudad, como el Nacional, el Morazán, el Parque Central, el Parque Metropolitano La Sabana y algunas grandes avenidas, como la Avenida Central, que es la vía peatonal más
relevante de la ciudad.
Otros lugares interesantes son el zoológico Simón
Bolívar, el Parque Nacional de Diversiones y multitud de edificios históricos
como la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano, la Catedral Metropolitana y
el Barrio Amón (antiguo barrio de la élite de San José), donde se encuentran
varios hoteles y cafés.
San José de Costa Rica se encuentra
a una altitud de 1.170
metros sobre el nivel del mar y esta ubicado en el valle
central, rodeado de montañas y volcanes. La temperatura oscila entre los 18 y
24 grados centígrados. El aeropuerto internacional de Costa Rica más importante
se encuentra a 20 minutos de San José.
Costa Rica, una de las democracias
más consolidadas de América, ha mantenido una buena estabilidad política, a
pesar de las dificultades económicas y sociales de las últimas dos décadas.
Costa Rica ganó reconocimiento mundial al haber sido el primer país en abolir
el ejército el 1º de diciembre de 1948. Su índice de desarrollo humano es uno
de los mejores en Latinoamérica.
Aunque estuve toda una tarde
recorriendo San José, no considero a Costa Rica como país visitado (ya que sólo
estuve unas horas y lo quiero explorar mejor en el futuro) y es uno de los seis
países que me falta conocer para completar el álbum de figuritas del continente
;)
En mi única tarde en San José de
Costa Rica, cuando ya se ocultaba el sol, abandoné la ciudad Tica con un viaje
bastante largo de 18 hs en micro, y otra vez mediante la empresa Tica Bus,
llegué a Panama City en Panamá.
El control panameño a nicaragüenses, y los tiempos de control de papeles y equipaje, son los mismos que los de la frontera entre Nicaragua y Costa Rica. Ticos y panameños usan el mismo manual, en muchas instancias, y se nota. Ambos países están bastante arriba de sus hermanos continentales a nivel de infraestructura, seguridad, servicios, calidad de vida, etc. Los controles en la frontera fueron también algo estrictos; lamentablemente para muchos nicaragüenses que fueron rebotados antes de entrar a Panamá. A mí la triste experiencia de ver como se discriminaba nuevamente a los nicaragüenses me sirvió para estirar las piernas y comprender un poco más este universo centroamericano.
En Ciudad de Panamá se huele plata,
no por nada es la nueva capital del Shopping; para muchos es la nueva Miami. El
taxista que me acercó desde la terminal de ómnibus al hotel donde decidí
hospedarme, me contó que Panamá es un constante refugio de viejos gringos con
plata, estudiantes gringos con plata, políticos corruptos latinoamericanos que
deciden quedarse, y una gran parte de la colectividad judía de habla hispana
(es una tradición de viaje personal, que los dos primeros días y los dos
últimos de cada mochileo, los paso en hoteles de mejor categoría que un hostel,
para tener un poco más de confort, descansar más antes de mi regreso, y poder
usar la tarjeta de crédito, ya que sólo tenía 30 dólares para pagar el taxi de
algún punto de la ciudad al aeropuerto). Cuando llegábamos a mi destino
hotelero, veo pasar un tanque estadounidense y varios jeeps, con las
correspondientes banderas yanquis, a lo que le pregunté al taxista si había
muchos gringos en la ciudad; además de los grupos que ya me había mencionado.
La respuesta del pícaro viejo tachero panameño fue: “M’ijo, los gringos aquí
son como el vidrio, tu no los ves (TAN-TAN, golpeó el parabrisas), pero están”.
El taxista amigo me comentó que siguen operando en el país, como si fuese
Puerto Rico, como si Panamá fuese un estado asociado más, que entran militares
y políticos estadounidenses como quieren, y que hay convenios por esa libertad
de acción. Esa carte blanche se paga
con un despliegue variado de servicios. Confieso que he visto Marines
construyendo rutas de concreto en las afueras de la Ciudad de Panamá. Esa debe
haber sido una de las tantas devoluciones de favores adeudados al pueblo
panameño.
En Panama City estuve hospedado en
el Hotel Ideal, que de ideal no tenía mucho, pero era barato, relativamente
seguro, tenía Internet, agua caliente, se podía tirar la cadena en el inodoro,
tenía un “comedero” abierto de 6
a 22 hs y la televisión por cable tenía muchos canales
de Estados Unidos, que a mí me distraen y divierten bastante, cuando estoy
sumergido en la realidad latinoamericana.
Después de alimentarme bien,
bañarme, organizar mi equipaje para regresar a mi Buenos Aires querido, al otro
día decidí salir de la habitación para ver qué tenía Ciudad de Panamá. Esta es la ciudad más grande y poblada del país.
Alcanza, aproximadamente, 1.207.000 habitantes en su área metropolitana. Está localizada
a orillas del golfo de Panamá, el el Oceano Pacífico, al este de la desembocadura del Canal de Panamá. Como capital de la república,
alberga la sede del Gobierno Nacional, junto a otras instituciones
gubernamentales y una gran cantidad de embajadas y consulados.
La ciudad posee una intensa actividad financiera. El Canal de Panamá y el turismo son también notables fuentes de ingreso para la
economía de la ciudad, que cuenta con un clima tropical, junto a parques naturales y otros atractivos lugares de
interés. Actualmente, se encuentran en proyecto, aprobados o en construcción
una gran cantidad de edificios que superan los 200 m de altura, e incluso
algunos que alcanzan los 300 m ,
y estarán incluidos dentro de los 200 rascacielos más altos del mundo. Sus edificios marcarán un nuevo panorama urbano en la ciudad. Panama
City se ha convertido en la "ciudad de los rascacielos" de América Latina. La nueva ciudad de Panamá ha sufrido fuertes cambios en los
últimos años; desde el año 1999, con la salida de las tropas estadounidenses y la
obtención de la soberanía total del país, la ciudad ha acogido gran cantidad de
ciudadanos extranjeros. Desde el año de 2002 al 2005 han establecido su
residencia en el país 25.000 canadienses, 100.000 colombianos, 17.000 israelíes,
entre otros. Según las previsiones hechas por los expertos, la población del área metropolitana de la ciudad de Panamá para el año 2020 alcanzará unos 3.8 Millones de habitantes.
La ciudad posee un clima tropical de tipo sub-ecuatorial caracterizado por una prolongada
estación lluviosa de mayo a diciembre y una corta estación seca de enero a
abril. La humedad relativa promedio de 75% y una temperatura promedio de 27 °C , con máximas absolutas
de hasta 39 °C
y mínimas de 20 °C .
La vieja ciudad de Panamá fue fundada el 15 de agosto de 1519 con una población de 100 habitantes por Pedro Arias Dávila, con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá,
constituyéndose en la primera ciudad europea permanente en el Océano Pacífico americano. Una tarde hice una
breve visita a sus ruinas y pude conocer la Torre de Panamá, símbolo de la
vieja ciudad de Panamá.
En Panama City mi radar también estuvo activo y las mujeres locales me llamaron bastante la atención. Además de las mujeres, en la ciudad se pueden destacar la Av. Balboa (una linda costanera), los negocios en la Av. España o el shopping Multicentro. La parte más In de la ciudad, se llama Punta Paitilla y está plagada de camionetas 4 x 4 y gente que aparenta tener un muy buen pasar económico. Punta Paitilla es el sector más exclusivo de la ciudad, ubicado en una pequeña península, colindante al este con Punta Pacífica. El área nació a finales de la década del 60. Hoy día es un laberinto de calles rodeada por torres de departamentos de hasta 70 pisos de altura. Este sector no tiene nada que envidiarle a importantes ciudades de los países del Primer Mundo.
En Panamá es fácil manejarse con el cambio, ya que el país está dolarizado. En mi primer día, recorriendo dicha ciudad, me tenté con comer comida chatarra de las cadenas estadounidenses que no están en Argentina, como: Dunkin Donuts, Pizza Hut, KFC, etc. La comida típica de Panamá la comía en el comedero del hotel. Allí tuve la oportunidad de probar comidas como: El Sancocho, que es una sopa hecha con muslos de pollo, que incluye raíces como ñame y otoe, cebolla, culantro, zanahoria y otros ingredientes, dependiendo de la receta secreta del cocinero. También pude probar el Tamal de Holla y el tamal clásico envuelto en hojas de plátanos. Este tamal panameño tiene masa de maíz y en pedazos de pollo o carne. También pude probar las empanadas de yuca rellenas con carne, además de las frituras a base de yuca o maíz y plátano cocido. La dieta de los panameños no es complicada y aunque tradicionalmente ha incluido mucho aceite vegetal (la clase baja usa muchas frituras), ha variado mucho a través de los años luego de influencia española, caribeña, americana, y recientemente la china e israelita. La comida italiana, desde México a Panamá, se la considera comida étnica y no es parte de la dieta diaria.
Además de caminar todo el día y
explorar Punta Paitilla, recorrí la zona de Causeway, que son 3 kilómetros de
costanera que muestran parte del Canal de Panamá. Una obra impresionante de la
ingeniería moderna. Si bien no pude explorar todo el canal (no tenía el
efectivo para pagarme el tour), pude recorrer una buena parte a pie, por mi
cuenta.


El Canal de Panamá es una vía de navegación interoceánica entre el mar Caribe y el Océano Pacífico que atraviesa el istmo de Panamá en su punto más estrecho. Fue inaugurado el 15 de agosto de 1914, y ha tenido un efecto de amplias proporciones al acortar tiempo y distancia de comunicación marítima, y al dinamizar el intercambio comercial y económico. Esta obra impulsó el crecimiento económico de los países desarrollados, a la República de Panamá, y proporcionó el impulso básico para la expansión económica de muchas regiones remotas del mundo. Estados Unidos y China son los principales usuarios del Canal. Antes de su apertura, el paso natural utilizado era el Estrecho de Magallanes en el extremo sur del continente, en Argentina y Chile.
La República de Panamá asumió la responsabilidad total por la administración, el
funcionamiento y el mantenimiento del Canal de Panamá el 31 de diciembre de 1999. La entidad gubernamental, denominada Autoridad
del Canal de Panamá (ACP), creada por la Constitución Política de la
República de Panamá y organizada por la Ley 19 del 11 de junio de 1997, es la responsable de la administración del canal. Según la constitución de
Panamá, el canal constituye un patrimonio inalienable de la nación, por lo cual
no puede ser vendido, ni cedido, ni hipotecado, ni de ningún otro modo gravado
o enajenado. El régimen jurídico que se estableció para la ACP tiene como
objetivo fundamental el preservar las condiciones de funcionamiento del Canal
de Panamá. Anualmente se invierten alrededor de diez millones de dólares en
programas de adiestramiento al personal sobre el funcionamiento y mantenimiento
del Canal. La
ampliación del Canal de Panamá cumplió cinco años desde su inicio con un avance
de 44.5% al 31 de agosto de 2012 y la generación acumulada de más de 27 mil
empleos directos.
Panama City, en general, tiene
lugares y momentos Miamescos, y el haberme criado en esa ciudad de U.S.A me
hacía sentir cómodo, aunque en parte extrañaba lo original de lugares bien
latinoamericanos como los que disfruté en México, y quizás en algunas partes de
Guatemala.
Quizás algún día vuelva para conocer
el norte del país, o para ir de Shopping en Punta Paitilla. Aunque no me muero
de ganas por volver, es un destino al que podría regresar.
Finalmente el 19 de febrero por la
tarde me gasté los últimos dólares que tenía, en un taxi rumbo al aeropuerto
(que es bastante más lindo que Ezeiza, en Buenos Aires).


Para mal, o quizás para bien, mi vuelo de LAB no salió ese día y me perdí el cumpleaños de mi amigo Marcos, pero Lloyd Aero Boliviano me mandó por un día a uno de los mejores hoteles de todo Panamá: El Riande Hotel, con todo pago. Así que aunque me perdí la fiesta de mi amigo, el último día en Centroamérica lo pasé a lo grande: comiendo de todo, durmiendo en una cama enorme con aire acondicionado, tomando tragos en la piscina, etc.
La estadía de un día en ese hotel me cargó pilas para el regreso,
ya que estaba agotado de tanto viaje y mochileo. Era hora de regresar a casa,
hora de volver a la ciudad de la furia.
Fueron 36 días, desde que aterricé
en México hasta que me fui de Panamá, de intenso mochileo; de ir de acá para
allá, de comer en la calle o en comederos, de dormir casi todos los días en una
cama distinta, y a veces ni siquiera dormía en una cama. Conocí nuevos amigos,
a una de las mujeres de mi vida, sentí la hermandad mexicana (aunque entre
pueblos tengamos esa relación amor-odio), me enfrenté a lo arriesgado y básico
de muchos lugares, pero también disfruté lo original de autóctono del CA4 (así
se hace llamar la sumatoria de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua), tuve
una breve incursión en Costa Rica (a donde sí me muero de ganas de ir, y si no
la visito en 2013, definitivamente la voy a ver en 2014), y conocí el modelo
panameño (con sus defectos y virtudes), pero que poco a poco recupera su independencia y se une a esa Patria Grande
que es América Latina, nuestra casa. Latinoamérica, a la que debemos seguir
cuidando y explorando, como habitantes, como hermanos, como Latinautas!
3 comentarios:
Para que sepas NIcaragua es el pais mas seguro de toda centroamérica.
Y Managua tiene sus caracteristicas que la hacen unica. Si hay problemas urbanos como entodas las ciudades pero creo que estas equivocado en tu apreciacion
No pues, hasta pareciera que te pagaron para escribir mal de Nicaragua. Me alegra que tu estadía hay sido corta.
Así lo viví hace 12 años. Me alegro que las cosas estén mejor o no sean tan terribles como las sentí hace más de una década. Saludos!
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